Todo comenzó con un espíritu de abnegación

FINANCIANDO LA MISIÓN EN LA IGLESIA PRIMITIVA

El libro Hechos de los apóstoles es nuestra principal fuente de información sobre los primeros pasos de la iglesia cristiana y sobre cómo miles de nuevos creyentes se convirtieron cada día.1 Describe su lucha por organizarse para vivir como verdaderos discípulos de Cristo, y estar listos para aceptar la comisión que Jesús les dio antes de irse: «Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos, […] y enseñándoles».2 Este fue el comienzo de una historia que cambiaría el mundo.

El Nuevo Testamento no es prolijo de los principios del diezmo. Entre los pocos pasajes relacionados con el diezmo, inferimos de las palabras de Jesús al amonestar a los escribas y fariseos que él apoyaba la práctica del diezmo.3 Entonces, ¿cómo se financió la misión en la iglesia primitiva?

Dando abundantemente

El ejemplo perfecto de generosidad que Jesús mostró a sus discípulos fue la viuda en el templo.4 ¡Lamentaba mucho no poder dar más porque estaba dando la moneda más pequeña que existía! Pero en el griego original ella dio bios, «a sí misma», su existencia. ¡Ella dio todo lo que tenía! ¡Y nadie se preguntó de qué iba a vivir el día siguiente! ¿Tenemos alguna duda de que Dios proveyó para sus necesidades? Ese es el tipo de dependencia que Jesús quería que experimentaran sus discípulos.

La información que se revela claramente sobre el apoyo financiero de la creciente iglesia cristiana fue que no solo compartían el mismo espíritu, sino que «tenían en común todas las cosas: vendían sus propiedades y bienes».5 Fueron más allá del ejercicio de calcular cuánto debían devolver en diezmo y cuánto debían dar como ofrendas. Dieron abundantemente; y más allá de eso, primero entregaron sus corazones al Señor. ¡Ese es el modelo bíblico de la mayordomía radical! ¿Bastó eso para financiar la misión de Jesús de ir «a todas las naciones»?

Hicieron viajes misioneros,6 y pronto tuvieron que huir de la persecución.7 Uno se pregunta cómo financiaron todos estos viajes. ¿Siguieron el mandato de Jesús8 y no llevaron oro ni plata con ellos, ni alforja ni sandalias? Si ese fue el caso, ¡el difunto tesorero Judas podría haberse regocijado porque no habría tenido que desembolsar ningún dinero!

Los dos modelos

Al leer Hechos de los apóstoles, descubrimos la aplicación de dos modelos diferentes para financiar la misión. Primero, la misión fue financiada por aquellos que formaban el cuerpo de Cristo.9 Y varios textos bíblicos apoyan la práctica.10 Su compromiso con la misión se mostró tanto mediante la testificación como también financiando la misión con sus recursos. Muchos pasajes bíblicos certifican que los misioneros itinerantes se alojaban en las casas de los hermanos.11

Su compromiso con la misión se mostró tanto mediante la testificación como también financiando la misión con sus recursos.

Los discípulos regularmente escribían por adelantado a los hermanos para darles la bienvenida a los predicadores itinerantes.12 El segundo modelo fue el adoptado frecuentemente por Pablo. En muchos casos, él era un misionero autosuficiente. Quería ser «totalmente dependiente de Dios para su provisión»,13 y esto estaba en armonía con el modelo de Jesús de enviar a sus discípulos. Era la manera perfecta para que los misioneros enviados vieran por sí mismos los milagros que Dios quería realizar diariamente. Sus necesidades fueron atendidas y la fe en el Maestro se fortaleció. Pablo decidió no depender de los hermanos para nada (Hechos 20: 33, 34). Se abrió camino cuando se quedó con Aquila, quien era un fabricante de tiendas de campaña como él.14 Los viajes de Pablo eran demandantes. Permaneció varios

a la vez en las ciudades que visitó;15 en algunos casos, alquiló un lugar por varios años.16 

Estos dos modelos no fueron mutuamente excluyentes. El apóstol Pablo, la personificación de la misión de sostén propio, sabía que tenía derecho a recibir apoyo del cuerpo de creyentes.17 Señaló que los otros apóstoles eran sostenidos por la generosidad de la comunidad de creyentes. Y en una ocasión recibió apoyo material para su ministerio (Filipenses 4: 15). Ambos modelos de financiamiento para la misión son válidos hoy, y cada uno satisface una necesidad dependiendo de nuestras diversas circunstancias. En algunos países los misioneros «regulares» remunerados no pueden ingresar. Los misioneros de sostén propio, por lo tanto, son necesarios. Lo importante es que todos trabajen juntos para terminar la obra.

Para concluir, desearía que todos pudiéramos experimentar lo que hicieron los macedonios «en su profunda pobreza».18 No solo dieron una ofrenda voluntaria «conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas»19. ¿Cómo podemos dar más allá de nuestras fuerzas? Pregúntale a Jesús. «Pidiéndonos con muchos ruegos que les concediéramos el privilegio».20 Dar es un privilegio.21

  1. Hechos 2: 41, 47; 4: 4; 5: 14; 6: 1, 7; 16: 5; 17: 12; 11: 21, 24; 2 Corintios 11: 9; Filipenses 4: 15, 16
  2. Mateo 29: 19
  3. Mateo 23: 23
  4. Marcos 12: 43
  5. Hechos 2: 44, 45; 4: 32, 34-37
  6. Hechos 8: 4; 8: 14
  7. Hechos 11: 19
  8. Mateo 10: 9, 10
  9. Hechos 28: 10; 1 Corintios 7; 9
  10. Levítico 6: 16, 26; 7: 31; Números 18: 8-31; Deuteronomio 18: 1; Levítico 7; 1 Corintios 9: 13, 14; Mateo 10: 10; Lucas 10: 7, 8; 1 Timoteo 5: 18; Romanos 1: 15
  11. Hechos 9: 19, 43; 10: 7; 16: 15; 21: 8; 28: 10
  12. Hechos 18: 27
  13. Marcos 6: 8
  14. Hechos 18: 2; 1 Corintios 9: 7-10
  15. Hechos 14: 3, 28; 18: 7-11; 19: 40
  16. Hechos 28: 30
  17. 1 Corintios 11: 12b-18; 9: 15-18; 2 Timoteo 2: 6
  18. 2 Corintios 8: 2
  19. 2 Corintios 8: 3
  20. 2 Corintios 8: 4
  21. Hechos 20: 35

JEAN-LUC LEZEAU

Jean-Luc Lézeau se ha desempeñado en diversas funciones, desde el nivel de Asociación hasta el de División en tres continentes y fue director asociado del Departamento de Mayordomía de la Asociación General.