Entrevista a Richard Raj
Dynamic Steward: ¿Cómo se presentaría como persona?
Soy un hombre de negocios local que vengo de abajo, apasionado por la misión de la iglesia, más particularmente por el sistema educativo adventista del séptimo día. La misión de mi vida es rescatar instituciones educativas que están sufriendo muchos ataques. Me esfuerzo por ser alguien que ama al Señor y le sirve de todo corazón.
DS: ¿Qué le ha llevado a tener este claro propósito de vida?
Nunca debes olvidar tu propia historia, ya que revela cómo el Señor quiere usarte. Esta no es solo la historia de mi vida, sino también la de mi padre y mi abuelo. Venimos del fondo del pozo y hoy estoy aquí. ¿Cómo puedo olvidar el viaje y los factores que contribuyen a dar forma a nuestras vidas? La educación adventista ha jugado un papel importante en este viaje. ¿Cómo mantenemos este ministerio en marcha? Es fundamental recordar de dónde vienes, en qué posición estás. Esta comprensión te da un propósito.
¿Qué puede compartir sobre su viaje como emprendedor? ¿Cómo se encontró en el mundo empresarial?
Mi primer amor es la evangelización, el ministerio de predicación, y mantengo viva esta pasión. Entré en los negocios por necesidad y desesperación, que poco a poco se convirtió en un emprendimiento con el paso de los años. Yo era un estudiante que acababa de llegar a los Estados Unidos y necesitaba sobrevivir; uno tiene que hacer algo para comer. Los negocios nunca fueron mi sueño; no comencé con un plan de negocios y la intención de crear una empresa. Pero he aquí, allí estaba la mano de Dios, moldeándome de manera sutil, guiándome por este camino.
Ser emprendedor no es para todos; no es fácil empezar sin nada: sin capital ni recursos. Construyes un bloque a la vez. Y es que tienes muchos días en los que te apetece dejarlo, pero sigues adelante. Estas experiencias han dado forma a mi manera de ver la vida y ahora estoy llevando esta mentalidad a nuestras instituciones: hay una manera de hacerlo, solo hay que descubrirla.
Basado en su pasión por la evangelización, esperaría que usted fuera un obrero denominacional. ¿Por qué no es así?
Las circunstancias de la vida y Dios me llevaron en otra dirección, pero la misión nunca muere. Según lo que he visto de mi padre y mi abuelo, que eran obreros de la iglesia; el servicio denominacional conlleva algunas limitaciones. Disfruto de la libertad de responder directa y rápidamente al llamado de Dios. Si me llaman para ir a India, Sudáfrica, Ghana, Rusia o cualquier otro lugar, y tengo los recursos, puedo ir inmediatamente. Es solo entre Dios, la organización que llama y yo.
¿Cómo influyen sus valores y creencias adventistas en sus prácticas empresariales?
Mis prácticas comerciales, religiosas y familiares se basan en los mismos principios. Ante todo, creo en un Dios Creador. En segundo lugar, considero a todos como almas creadas a imagen de Dios. ¿Por qué los trataría como hermanos y hermanas en la iglesia y no en el trabajo? Es lo mismo. La coherencia es clave; evito las contradicciones. Mis principios fundamentales están arraigados en la Biblia y siguen siendo los mismos sin importar a dónde vaya. Antes de que usted llegara, me reuní con algunos banqueros para discutir préstamos de sumas enormes; mis principios no cambiaron. Me pongo diferentes sombreros o me cambio de ropa para diferentes roles, pero por dentro sigo siendo la misma persona.
¿Cómo sus actividades profesionales le han creado oportunidades para dar testimonio de su fe con sus trabajadores y también con sus clientes?
Al no comprometer mis principios. Toleramos a la gente porque no todos están a la altura de nuestros estándares, pero no hacemos concesiones. Lo que es correcto siempre seguirá siendo correcto. ¿Podemos transigir? No. ¿Podemos tolerarlo? Sí. Toleramos para ayudar a edificar a las personas, para darles tiempo para mejorar. He tenido personas que querían que comprometiera mi integridad; me alejé. No podemos imponer nuestras creencias a las personas, pero ellas ven nuestras acciones y valores.
¿Tiene un ejemplo concreto de cómo su empresa se ha convertido en una plataforma de testimonio?
Tenemos alrededor de ciento cincuenta empleados. Recientemente, en nuestra empresa trabajaban un hombre y una mujer. Estaban en una relación pero no estaban casados y la mujer estaba embarazada. Respetuosamente les aconsejé que lo mejor para el bebé sería que se casaran y formaran una familia. Ellos estuvieron de acuerdo. Los llevamos al juzgado del condado de PG y los registramos como pareja. Financiamos una pequeña celebración. Cuando nació el bebé, me honraron llamándolo Richard en mi honor. Ese es el tipo de influencia que tendrás cuando hagas cosas para glorificar a Dios.
¿Cómo ha utilizado las ganancias de su negocio para promover la misión de Dios a nivel local, regional e internacional?
Creemos y practicamos el diezmo, pero Dios ama al dador alegre. Un dador alegre y una vida de gratitud no es solo algo que se hace con palabras; hay que demostrarlo en acciones. Damos nuestras ofrendas a la iglesia y apoyamos proyectos especiales. Mencionaré algunos ejemplos.
Soy originario de la India, donde hemos construido iglesias, ayudado a escuelas y apadrinado a estudiantes. Luego vino el llamado a ir a África. En nuestro primer viaje, visitamos una zona azotada por la pobreza cerca de la Universidad de Bugema en Uganda. Recogimos a un niño de un contenedor de basura que ahora lleva nuestro apellido. Seguimos pagando su matrícula. Hoy en día, cientos de estudiantes han pagado su matrícula en la Universidad de Bugema gracias a nuestro patrocinio. También patrocinamos un edificio para el seminario, el Bloque del Seminario de Teología Familiar del Dr. Richard Raj. Cuando hicimos eso, había alrededor de cien estudiantes de Teología.
El año pasado volví a visitarlo y ahora hay 980 estudiantes de Teología y al menos 400 se gradúan anualmente. Un pastor, Robert, graduado del Seminario Adventista de Bugema, quien fue mi traductor durante mis reuniones evangelísticas, ha bautizado más de 400 almas al año durante los últimos cuatro años; se podía ver el efecto multiplicador, los cinco panes y los dos peces alimentando a los 5.000. Se pone una pequeña estructura, se inicia una pequeña escuela, se sostiene una llama parpadeante, esta crece hasta convertirse en 1,000 estudiantes y los graduados salen y bautizan a miles. Ampliamos nuestra asistencia a la Universidad de Bugema ayudando a completar el edificio para el Programa de Ciencias de la Salud. De manera similar, apoyamos un programa en Arusha, Tanzania, mediante el envío de equipos médicos desde la India y la compra de un autobús escolar. Al momento, 40 estudiantes ya se han inscrito en el Programa de Ciencias de la Salud, que inicia en septiembre de 2024. Aún debemos determinar la medida del beneficio de enviar alguna ayuda económica; está mucho más allá de lo que podemos imaginar.
Además de los medios económicos, como emprendedor, he aprendido a dirigir una organización, motivar a las personas y hacerlas crecer. Transmito estas cualidades a las instituciones que apoyamos. Ante todo, aliento a los líderes de estas instituciones a depender del poder del Espíritu Santo, a arrodillarse y pedir diariamente el poder de unción del Espíritu Santo para sus instituciones. Aprendí sobre el poder del Espíritu Santo mientras luchaba en los negocios. Es el regalo más grande que podemos aprovechar, y todos los demás regalos le siguen.
La gente lucha en muchos lugares donde la iglesia está creciendo debido a la situación económica y el desempleo. ¿Cuáles serían sus sabias palabras para los miembros jóvenes que contemplan el emprendimiento?
Muchos de nuestros jóvenes vienen a la iglesia en busca de inversión de capital. Y esa es una forma de iniciar un negocio y convertirse en emprendedor. Pero también existe el emprendimiento incondicional, en el que se empieza sin nada: con el bolsillo vacío. Eso fue lo que hice. Llegué a este país (Estados Unidos) con 100 dólares, dormí en la calle y no tenía adónde ir. ¿Qué tienes en la mano? ¿Cuáles son tus recursos disponibles? Utilízalos.
A menudo visito nuestras instituciones y noto cuánta tierra alrededor de las iglesias o escuelas está baldía. ¿Qué se necesitaría para cavar y plantar? ¿Por qué no podemos utilizar nuestros recursos al máximo? La tierra que posee la Iglesia Adventista no tiene precio en todas partes. ¿Cuándo vamos a utilizar eso? ¿Cómo sobrevive un pequeño granjero de aldea con una pequeña hoz y una azada en la mano? Reto a los jóvenes a ir sin nada, como los primeros discípulos. Ve, dice el Señor, yo estaré contigo y verás maravillas.
Tener fe. ¿Cómo sobrevivimos al COVID? De millones en ingresos, pasamos a cero. Teníamos suficientes razones para renunciar, pero seguimos planificando el futuro y seguimos adelante.
¿Qué aconsejaría usted que hicieran los líderes de la iglesia para alentar a los miembros a trabajar por cuenta propia?
Creo que los líderes de la iglesia tienen un gran papel en la predicación del evangelio y la preparación de las almas para la vida venidera. Sin embargo, también tenemos una vida que vivir aquí en la tierra. Y tenemos que ser buenos administradores del tiempo y los recursos que tenemos en nuestras manos. Y nadie puede decir que no tenemos recursos ni dones. Como pastores, ustedes son responsables de cuidar el rebaño espiritual, mental y materialmente.
Los pastores y otros líderes de la iglesia deben aprender a no depender de que alguien venga y dé y no cultiven esta mentalidad de dependencia en sus miembros. No puedes seguir diciendo: “No tengo los medios”. Los medios no son solo un saldo bancario, sino todos los recursos dados por Dios. En la Iglesia Adventista enseñamos principios espirituales y una vida saludable, pero ¿tenemos un sistema para ayudar a nuestros miembros a lograr libertad e independencia financiera? He aprendido un modelo de independencia económica de los primeros misioneros australianos que llegaron al Spicer Memorial College y de los misioneros que fueron a otros lugares.
Establecieron una panadería, fabricaron leche de soja y mantequilla de maní y administraron una granja de productos lácteos y aves de corral. Así construyeron el Spicer Memorial College, y los estudiantes que no podían pagar sus estudios podían trabajar para pagar la matrícula. Los líderes de la iglesia deberían ayudar a sus congregaciones a recuperar esta visión de independencia económica.