Introducción

El liderazgo es vital para cualquier organización, especialmente una organización eclesiástica. La iglesia requiere un liderazgo que sea digno de confianza, honesto e íntegro. Nosotros, como iglesia, debemos alentar, promover y aprovechar dicho liderazgo en un mundo lleno de corrupción, deshonestidad y deslealtad.

Malentendido del liderazgo

Muchos líderes de la iglesia malinterpretan la importancia del liderazgo y su papel en la iglesia y la sociedad. Marcos 10: 35-37 presenta el tipo de mentalidad que tienen los líderes en el mundo actual. En este pasaje, los discípulos de Jesús, Santiago y Juan, piden que Jesús les permita sentarse a su derecha e izquierda en su reino esperado. Su comprensión del llamado de Jesús al ministerio era limitada. Entendieron que el ministerio se trataba de la gloria que recibirían, en lugar del servicio a la humanidad.

Jesús corrige el malentendido de los discípulos sobre el liderazgo, contrastando su propio estilo de liderazgo con el de los gentiles. Él describe el estilo de liderazgo de los gentiles en Marcos 10: 42 como el de dominar al pueblo y ejercer una autoridad excesiva sobre él. Por el contrario, insta a sus discípulos a no ser como los gentiles, sino a “ser siervos, a servir y dar sus propias vidas por el bien de los demás”.

El llamado al liderazgo no es un llamado a la gloria, sino al servicio de Dios y la humanidad. Los expertos en liderazgo cristiano Hendry y Richard Blackaby dicen: “El liderazgo es llevar a las personas de donde están a donde Dios quiere que estén. La principal preocupación de Dios por las personas no son los resultados, sino la relación”.[1] Moisés fue llamado al liderazgo, y su mandato era liberar a los hijos de Israel del faraón en Egipto. Éxodo 3: 10: “Te enviaré al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos de Israel”. Nuestra responsabilidad de liderazgo es liberar, desarrollar y transformar la vida de las personas.

Liderazgo de servicio

Jesús demuestra liderazgo de servicio en Juan 13. Elena G. de White en El Deseado de todas las gentes describe la escena en el aposento alto como tensa: “Hubo entre ellos una contienda, quién de ellos parecía ser el mayor”.[2] Ninguno de los discípulos estaba dispuesto a servirse el uno al otro ni a lavarse los pies. Juan 13: 4-5 dice: “Se levantó de la cena, se quitó su manto y, tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en una vasija y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido”.

Sirviente en griego es υπηρέτης. Cuando se traduce al inglés, significa “siervo, o esclavo”. En el contexto de Marcos 10: 43, este término significa “el que se entrega a la voluntad de otro, los que se dedican a otro sin tener en cuenta los propios intereses”.[3] En la historia de Jesús y sus discípulos en el aposento alto, Jesús representa el servicio hacia sus discípulos. Se olvida de sí mismo y se entrega a sus discípulos. Toma la forma de un siervo para llegar al corazón de los discípulos.

La iglesia está buscando líderes que pongan los intereses y vidas de los demás antes que los suyos. Lucas 9: 23 dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo”. El verdadero liderazgo se centra en el servicio a los demás. Los líderes deben preocuparse por el bienestar de los demás y esforzarse por satisfacer sus necesidades. Los líderes deben preocuparse por ayudar a las personas que los rodean a crecer y a convertirse en lo mejor de sí mismas. Elena G. de White dice en El Deseado de todas las gentes: “Dios toma a los hombres como son, y los educa para su servicio. [...] El carácter débil y vacilante se transforma en un carácter fuerte y firme”. [4]

Liderazgo confiable

Cuando los líderes sirven a las personas, es importante generar confianza, tanto personal como organizacional. La confianza es vital en el liderazgo, una virtud que los líderes no deben dar por sentada.

El carácter genera confianza. Las personas confían en los líderes cuando los líderes se comportan de manera ética y honesta, tanto en asuntos personales como organizacionales. Stephen Covey dice que “el carácter incluye la integridad, el motivo y la intención de los líderes con las personas”.[5] Elena G. de White expresa la importancia del carácter cuando dice: “Energía, integridad moral y un propósito firme de parte de lo correcto son cualidades que no pueden suplirse con ninguna cantidad de oro. Los hombres que poseen estas cualidades ejercerán influencia por todas partes”.[6]

En el siglo veintiuno, la confianza en el liderazgo se gana no solo por el carácter y las buenas intenciones, sino también por los resultados. Los líderes deben tener una combinación de buenos rasgos de carácter y competencia. Stephen Covey dice que “la competencia incluye la capacidad de liderazgo, las aptitudes, las habilidades, los resultados y el historial de los líderes”.[7] La iglesia necesita líderes capaces de demostrar competencia medida por los resultados. El líder de la iglesia se ganará la confianza de los miembros mediante una combinación de rasgos de carácter positivos y capacidad demostrada para lograr los objetivos a corto y largo plazo de la iglesia.Una situación de desconfianzaExiste una estrecha relación entre liderazgo y mayordomía. Déjenme darles un ejemplo. Una vez tuve un anciano de una iglesia en particular que no era digno de confianza, era divisivo y de naturaleza muy antagónica.Al principio, los miembros de la iglesia no vieron su verdadera naturaleza. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos miembros comenzaron a dudar de su aptitud para el cargo en la iglesia. Comenzaron a expresar sus preocupaciones con respecto al impacto negativo de su carácter en la iglesia local. Traté de evitar el conflicto, pensando que sus preocupaciones eventualmente desaparecerían o se resolverían por sí mismas. Finalmente, los miembros comenzaron a retener sus diezmos y ofrendas como una forma de protesta y dejaron de participar en la iglesia local. Algunos incluso perdieron la confianza en mí como pastor.Es importante que notemos que la falta de confianza no es una justificación para la infidelidad y el retiro del servicio: “Algunos no han estado satisfechos y han dicho: ʻNo seguiré pagando el diezmo, porque no tengo confianza en la forma como se administran las cosas en el corazón de la obraʼ. ¿Pero robaréis a Dios porque pensáis que la dirección de la obra no es adecuada? Presentad vuestras quejas claramente y con franqueza, con el espíritu debido y a las personas responsables. Pedid que se hagan los ajustes necesarios; pero no retengáis lo que le corresponde a la obra de Dios, y no seáis infieles, porque otras personas no están obrando correctamente”.[8]Sin embargo, debemos reconocer que la desconfianza afecta el compañerismo de los miembros con Dios y la iglesia. Como líderes, estas palabras de Jesús requieren nuestra atención especial: “A cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que se le atara una piedra de molino al cuello y se le arrojara al mar” (Marcos 9: 42).Se necesitó todo un año para resolver el asunto y reconstruir la confianza de los miembros. Se necesitó un equipo de liderazgo completamente nuevo para restaurar la confianza entre los líderes y los miembros de la iglesia local. Tuvimos que ser especialmente cuidadosos en el manejo de los asuntos de la iglesia, especialmente en lo que respecta a las finanzas.Una vez que los miembros vieron cómo demostramos liderazgo y confianza, nuevamente comenzaron a dedicar tiempo y recursos a la obra de Dios. Los miembros ofrecieron voluntariamente sus finanzas, casas y automóviles para los proyectos de evangelización de la iglesia con generosidad voluntaria. Las reuniones de negocios de la iglesia fueron nuevamente pacíficas y armoniosas, y los miembros hablaron respetuosa y abiertamente sobre cualquier asunto.ConclusiónLa iglesia de hoy necesita líderes que comprendan la importancia del liderazgo, ejemplifiquen los rasgos del liderazgo de servicio y que comprendan la importancia del carácter. El modelo de liderazgo de servicio de Jesús es más crítico que nunca en el mundo de hoy. Marcos 10: 43, 44 nos recuerda que debemos servir desinteresadamente, poniendo a los demás en primer lugar. El líder debe inspirar a otros a través de su ejemplo, sacando lo mejor tanto de la organización como de los miembros individuales que la constituyen, y deben esforzarse siempre por ser mejores en todos los sentidos.

 

 

[1] Henry and Richard Blackaby, Spiritual Leadership: Moving people onto God’s agenda (Nashville, Tenn.: B&H Publishing Group, 2011), p. 127.

[2] Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes (Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), p. 599.

[3] https://www.biblestudytools.com/lexicons/greek/nas/doulos.html

[4] Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 216.

[5] S. M. R. Covey & R. R. Merrill, The Speed of Trust: The One Thing That Changes Everything (New York: Simon & Schuster, 2006), p. 23.

[6] Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 3 (Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), p. 39.

[7] S. M. R. Covey & R. R. Merrill, The Speed of Trust, p. 23.

[8] Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 9 (Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana, 2005), p. 200.

Tshepo Aphane

Tshepo Aphane es un ministro ordenado de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y actualmente se desempeña como director de Mayordomía de la Asociación Trans-Orange, Johannesburgo, Sudáfrica. Tiene una maestría en Desarrollo Internacional de la Universidad Andrews.