Lograr la paridad entre el diezmo y las ofrendas
Durante la reciente 61ª Sesión de la Asociación General, un delegado le pidió al tesorero de la CG que explicara la disparidad entre el diezmo y las ofrendas, y cómo se podría resolver este problema en todo el mundo.
Podemos alabar a Dios por el crecimiento regular del diezmo a lo largo de los años. Algunos territorios experimentaron una caída en el diezmo durante el apogeo de la pandemia de COVID-19, pero el volumen del diezmo ya ha vuelto o es mayor que antes de la pandemia. En contraste, las ofrendas, ya sea como ofrendas combinadas u ofrendas misioneras, no necesariamente están creciendo al mismo ritmo. La importancia de las ofrendas para promover la misión mundial y la misión de la iglesia local es innegable. Las ofrendas funcionan como un catalizador para la difusión de los mensajes de los tres ángeles, acelerando así la segunda venida de nuestro Señor. Los miembros de la iglesia necesitan entender nuestro contexto misional actual. Este artículo comparte la experiencia de un distrito pastoral donde la entrega de ofrendas está cerrando la brecha con lo que se da como diezmo y, en algunos casos, excede el diezmo.
Programa de enriquecimiento de mayordomía
Hace algún tiempo, escuché el asombroso testimonio de miembros de iglesia dedicados y comprometidos en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Baan, de la Unión Asociación del Sur de Filipinas. Estos miembros están dando sus ofrendas como un porcentaje de sus ingresos, con el noventa por ciento de los miembros que están dando el diez por ciento o más como ofrendas regulares y sistemáticas. Este patrón de dar tiene un impacto significativo en la capacidad misional de su iglesia local. Quería aprender más sobre los factores detrás de esta generosidad revolucionaria.
Todo comenzó en noviembre de 2017, cuando el pastor Roger Jiménez, director de mayordomía de la misión local, llevó a cabo un seminario de enriquecimiento de mayordomía en la iglesia. El seminario transmitió la convicción expresada en estas palabras: “En tiempos de Israel se necesitaban los diezmos y las ofrendas voluntarias para cumplir los ritos del servicio divino. ¿Debe el pueblo de Dios dar menos hoy? El principio fijado por Cristo es que nuestras ofrendas a Dios han de ser proporcionales a la luz y a los privilegios disfrutados. ‘A quien se haya dado mucho, mucho se le demandará, y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá’ (Lucas 12: 48). Cuando el Salvador envió a sus discípulos, les dijo: ‘De gracia recibisteis, dad de gracia’(Mateo 10: 8)”.[1]
Después de este seminario, la iglesia local adoptó algunas resoluciones clave. Primero, proporcionarían educación sobre mayordomía a intervalos regulares durante el año. Se les ocurrió la Iniciativa JAJO (por sus siglas en inglés de los nombres de los meses), refiriéndose a los meses de enero, abril, julio y octubre, durante los cuales tendrían un énfasis especial en promover la mayordomía. Esto se ha implementado desde 2018.
Además de asegurar la educación regular y actualizada de los miembros de la iglesia, todos los ancianos de esta congregación local se comprometieron de nuevo a ser fieles en el diezmo y decidieron dar otro diez por ciento como ofrenda. Como líderes de la iglesia, querían dar un ejemplo de ofrendas basadas en porcentajes y demostrar la importancia de las ofrendas. Otra iniciativa fue la creación de grupos de cuidado, cada uno bajo el liderazgo de dos ancianos de la iglesia. La membresía de la iglesia se dividió en estos grupos de cuidado. En estos grupos se educó a los miembros sobre la entrega basada en porcentajes para las ofrendas y se les animó a revalorizar lo que ya estaban dando, además de devolver un diezmo fiel.
Rápidamente, los miembros de los grupos de cuidado comenzaron a experimentar bendiciones excepcionales de Dios como resultado de sus nuevas prácticas de dar. Estos testimonios fueron compartidos con toda la iglesia durante sus reuniones, como el ministerio de hombres, la reunión de jóvenes adventistas y el ministerio de niños. Esto motivó a más miembros a dar su mejor porcentaje como ofrendas regulares y sistemáticas. Como resultado, ha habido un crecimiento significativo y constante en las ofrendas en la Iglesia Adventista del Séptimo Día de Baan desde 2018. Esto es evidente cuando se compara el informe del tesorero para el año 2017 con el año 2021 (ver gráficas 1 y 2).
Resultados del programa de enriquecimiento de mayordomía
La comparación del año 2017 con el 2021 indica un ligero aumento en el diezmo del 10,31 por ciento en moneda local. Yo creo que la explicación plausible es que hubo disminución o no aumentó en los ingresos de los miembros de esta comunidad eclesiástica, siendo el 2021 un año afectado por el COVID-19 y sus secuelas. Sin embargo, cuando se comparan las ofrendas totales para 2017 con 2021, hubo un crecimiento significativo de aproximadamente 69,04 por ciento. Estas cifras de la Iglesia Adventista de Baan testifican que sí es posible cambiar la práctica de las ofrendas entre los miembros de la iglesia; la brecha entre las ofrendas y el diezmo no es una realidad fija.
Como otros resultados, los líderes locales observaron que ya no había necesidad de “vender” proyectos a los miembros para que fueran generosos. Ahora dan por amor genuino a Dios y su misión. Previamente, algunos miembros estaban dando grandes cantidades de dinero para apoyar algunos proyectos. Esta situación a menudo resultó en orgullo y espíritu de competencia. Dar como un porcentaje en respuesta a la propiedad y provisión de Dios ha contribuido a desarrollar una atmósfera fraternal dentro de la iglesia local. Finalmente, la iglesia local tiene los fondos necesarios para cubrir todos los gastos para cumplir la misión dada por Cristo.
Curiosamente, el patrón de crecimiento en la iglesia de Baan no es un incidente aislado. El efecto se está extendiendo al distrito del que forma parte la iglesia de Baan (ver gráfica 3). Podemos imaginar lo que sucedería si todos los miembros del mundo entendieran y practicaran este concepto dado por Dios, dando ofrendas cada vez que reciben un ingreso o aumento de parte de Dios. La señora White escribe: “Si el plan de la benevolencia sistemática fuera adoptado por cada persona y llevado plenamente a cabo, habría una constante provisión en la tesorería. Los ingresos afluirían como una corriente continuamente alimentada por rebosantes fuentes de generosidad”.[2]
Las iglesias en otras localidades tendrán que adaptar la estrategia utilizada por la iglesia de Baan, pero hay algunos principios básicos que vale la pena replicar:
- Sea intencional para abordar la realidad de las ofrendas.
- El mensaje de mayordomía debe repetirse regularmente a todos los segmentos de la iglesia.
- Los líderes de la iglesia, no solo los directores de mayordomía, están totalmente involucrados en la enseñanza, brindando ánimo y modelando los principios de mayordomía.
- Difundir las historias de la recompensa de Dios para los fieles.
Mientras proclamamos “Yo iré” en nuestras iglesias, emulemos a la iglesia de Baan diciendo: “Yo iré con mis mejores ofrendas regulares y sistemáticas basadas en porcentajes”.
[1] Elena G. de White, Patriarcas y profetas (Bogotá, Colombia: Asociación Publicadora Interamericana, 2008), pp. 508-509.
[2] Elena G. de White, Testimonios para la iglesia (Bogotá, Colombia: APIA, 2004), t. 3, p. 429.