Ofrendas regulares y sistemáticas

La participación en ofrendas regulares y sistemáticas implica nuestro compromiso de apoyar la misión de Dios en la iglesia local y más allá. ¿Cuál es la base bíblica para esta práctica?

 1. ¿Hay una distinción entre el diezmo y las ofrendas en la Biblia y el Espíritu de Profecía?  Lea Levítico 27: 30, 32; Éxodo 25: 1-2

El diezmo es una cantidad fija del 10%. La Biblia describe el diezmo como “una décima parte” de tu ganancia. Las ofrendas son una expresión de gratitud hacia Dios, dadas más allá del diezmo.

Elena G. de White escribe:  

“Así también el Señor nos ha impartido el tesoro más rico del cielo al darnos a Jesús. Con él nos ha dado todas las cosas para que disfrutemos de ellas abundantemente. Los productos de la tierra, las cuantiosas cosechas, los tesoros de oro y plata, son sus dones. Ha entregado a los hombres casas y tierras, alimento y vestido. Nos pide que lo reconozcamos como el Dador de todas las cosas, y por esta razón ha dicho: De todas vuestras posesiones me reservo la décima parte para mí mismo, además de los donativos y las ofrendas, que deben ser llevados a mi tesorería. Esto constituye la prueba de la provisión que Dios ha hecho para promover la obra del evangelio”.¹

2. ¿Hay ejemplos en la Biblia de personas que dieron más del diezmo (10%) para apoyar la obra de Dios? Lea Hechos 4: 36-37; Lucas 19: 8.

El ejemplo perfecto de un personaje de la Biblia que dio más del 10% es Bernabé, quien, después de vender su terreno, dio el 100% de la venta para apoyar la obra de Dios de predicar el evangelio.

Zaqueo, el recaudador de impuestos, no solo devolvió todo lo que había robado con intereses, sino que dio la mitad de su riqueza para promover el evangelio. Bendecir a los pobres fue una gran parte del ministerio de Jesús.

3. ¿Cuáles son las diferencias entre los usos de los diezmos y las ofrendas respectivamente en la Iglesia Adventista?

El diezmo paga los salarios de los pastores, evangelistas, misioneros, maestros y obreros bíblicos; aquellos que están directamente involucrados en la enseñanza de la Biblia no solo a los nuevos creyentes sino también a los miembros regulares.

Las ofrendas, por otro lado, se utilizan para apoyar el trabajo de la iglesia local y otras iniciativas de la iglesia a otros niveles que no se financian con el diezmo. En la iglesia local, las ofrendas se pueden usar para pagar el alquiler de un lugar de reunión, para el mantenimiento y las reparaciones del edificio de la iglesia, los servicios públicos, los materiales utilizados para los diferentes departamentos y las iniciativas misioneras. En otros niveles de la iglesia mundial, las ofrendas pueden proveer financiamiento para varias entidades de la iglesia, incluyendo instituciones y proyectos de la iglesia en regiones de difícil acceso. 

4. Si devuelvo el diezmo, ¿por qué debo dar ofrendas? Lea Malaquías 3: 8; Éxodo 23: 14-15.

La Biblia distingue entre diezmos y ofrendas. Podemos devolver un diezmo fiel del 10%, pero podemos estar robándole a Dios en nuestras ofrendas. El diezmo nunca debe usarse para remodelar o mantener los edificios de la iglesia. Si una iglesia necesita un techo, un piano, un órgano o una alfombra nuevos, esos artículos deben comprarse con la porción de las ofrendas asignadas a la iglesia local.

La gente de la Biblia vivía en una sociedad mayoritariamente agraria. Dependían de los cultivos que sembraban. Las ofrendas expresaban acción de gracias a Dios por sus abundantes bendiciones. Asimismo, Dios nos da una manera de ganarnos la vida y no debemos acudir a él con las manos vacías.


Elena G. de White diz: 

“Hemos de alabar a Dios mediante un servicio tangible, haciendo todo lo que podamos para aumentar la gloria de su nombre. Dios nos imparte sus dones para que podamos también dar, y hacer así que el mundo conozca su carácter. En el sistema judío, las ofrendas formaban una parte esencial del culto de Dios. Se enseñaba a los israelitas a destinar una décima parte de todas sus entradas al servicio del santuario. Además de esto, habían de traer ofrendas por el pecado, ofrendas voluntarias y ofrendas de gratitud. Estos eran los medios para sostener el ministerio del evangelio en aquel tiempo. Dios no espera menos de nosotros de lo que esperaba de su pueblo antiguamente. Debe llevarse adelante la gran obra de la salvación de las almas. Él ha hecho provisión para esta obra por medio del diezmo y las ofrendas. Él espera que así se sostenga el ministerio del evangelio”.²

5. ¿Se refiere la Biblia a ofrendas especiales? Lea 1 Crónicas 29: 2-9.

David y otros líderes de los israelitas también dieron mucho más de lo que debían dar en diezmos. Recolectaron una ofrenda especial para la construcción del templo de Dios, conocido como “Templo de Salomón”. Para ocasiones y proyectos especiales, los hijos de Dios están llamados a dar generosamente para ayudar a la obra de Dios más allá de nuestros diezmos y ofrendas “regulares y sistemáticos”.

6. ¿Cuáles son las principales características de la donación sistemática? Lea 2 Corintios 9: 7.

Hay tres principios de dar en 2 Corintios 9: 7. Primero, debes decidir cuánto vas a dar. En segundo lugar, no des de mala gana o por obligación. Lo contrario de un dador alegre es un dador a regañadientes. Dios no quiere que des porque estás siendo presionado. Tercero, Dios ama al dador alegre. Dios quiere que des de corazón, de buena gana y con alegría. Debes dar cuando puedas contribuir felizmente a la iglesia remanente de Dios.

No dar no es una alternativa aceptable en la Biblia. La Biblia asume que vamos a dar. El tema es cuánto. Zaqueo dio el 50% de su riqueza. La viuda pobre dio el 100% de lo que tenía: dos monedas de cobre. El pueblo de Dios ha estado dando para la obra del Señor a lo largo de la historia. Los hijos de Dios no gastan todos sus ingresos en sí mismos, sino que piensan en compartir su riqueza para que otros puedan aprender sobre el plan de salvación.

Dar sistemáticamente (regularmente) es la práctica de separar nuestros diezmos y ofrendas tan pronto como nos pagan. Cuando recibimos nuestro salario, en efectivo, cheque de pago o depósito directo en nuestra cuenta bancaria, primero separamos el 10% para el diezmo y otro porcentaje para las ofrendas, antes de gastar en cualquier otra cosa. Mi esposa y yo decidimos hace más de veinte años devolver otro 10% para ofrendas además del 10% para diezmos. Muchos adventistas dan el 5%, algunos el 10% y otros más del 10% para las ofrendas. El porcentaje es opcional, pero las ofrendas no lo son.

7. ¿Por qué debemos dar sistemáticamente y no según nuestros sentimientos? Lea Mateo 5: 44-45; Mateo 6: 25-32; 2 Corintios 9: 6-7.

Primero, Dios es sistemático en dar. Jesús, en el sermón del monte, enseñó que Dios nos da todo el tiempo.

Segundo, tu ofrenda debe ser consistente porque cosechas lo que siembras. La ley de la siembra y la cosecha es muy simple. Un tallo de maíz produce alrededor de cuatro mazorcas de maíz. Si solo siembro tres semillas de maíz, disfrutaré de unas doce mazorcas de maíz. Pero si siembro cien semillas, cosecharé cuatrocientas mazorcas de maíz, dulces y jugosas, que puedo compartir con amigos y vecinos o vender en el mercado de agricultores. Cuanto más siembres, más cosecharás. La palabra es multiplicación. Lo que siembras, Dios lo multiplica. La Biblia dice que Dios es quien hace crecer la comida. Él es quien multiplica la cosecha. Y Dios nos dice que cuanto más sembremos, más cosecharemos.

Este pasaje de la Biblia (2 Corintios 9: 6-7) nos dice que mientras más semillas financieras plantemos, más nos prosperará Dios. La ley de la multiplicación también se aplica a nuestras finanzas. Cuando das generosamente, la Biblia promete que cosecharás abundantemente.

Dar sistemáticamente es parte del estilo de vida de los hijos de Dios. Sembramos regularmente como un agricultor que tiene una rutina a seguir en el ciclo de siembra y cosecha. Algunas partes del mundo pueden repetir este ciclo tres veces al año. Sembrar fielmente la semilla en el momento adecuado permite al agricultor obtener una cosecha constante. Dios promete bendecir a aquellos que regularmente siembran generosamente.

8. ¿Enseña la hermana White acerca de las “ofrendas sistemáticas”?

Sí. Ella usa la expresión “benevolencia sistemática”.

“La benevolencia constante y abnegada es el remedio de Dios para los pecados ulcerosos del egoísmo y la codicia. Dios ha dispuesto que la benevolencia sistemática sostenga su causa y alivie las necesidades de los sufrientes y menesterosos. Ha ordenado que la dadivosidad se convierta en un hábito, que pueda contrarrestar el pecado peligroso y engañoso de la codicia. Dar continuamente da muerte a la codicia. La benevolencia sistemática está concebida en el plan de Dios para arrancarle los tesoros al codicioso tan pronto como son ganados y consagrarlos al Señor, a quien le pertenecen. Este sistema está dispuesto de tal manera que los hombres pueden dar algo de su salario cada día y poner aparte para su Señor una porción de las ganancias de cada inversión. La práctica constante del plan de Dios de la benevolencia sistemática debilita la codicia y fortalece la benevolencia.

Mi esposa y yo hemos estado devolviendo el 20% de nuestros ingresos a la iglesia remanente de Dios y podemos testificar cómo Dios nos ha bendecido más allá de lo que podamos imaginar. Te invito a hacer alianza con Dios y a ser un dador de ofrendas alegre y sistemático.≤



¹ Elena G. de White, Conselhos sobre Mordomia p. 39
² Elena G. de White, Parábolas de Jesus p. 159
³ Elena G. de White, Testemunhos para a Igreja v. 3, p. 548

Rudy Salazar

Rudy Salazar, es director asociado del Departamento de Mayordomía de la División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Creció en Tijuana, México y llegó a los Estados Unidos a la edad de 20 años. El pastor Salazar tiene una licenciatura de Union College y una maestría y un doctorado de la Universidad Andrews.