Cuando comenzamos a trabajar en este tema de nuestra revista, la epidemia de Covid-19 era una realidad localizada, y teníamos pocas pistas sobre cómo cambiaría al mundo y a la iglesia. El tema que elegimos para este número de Dynamic Steward es “Hacer crecer una iglesia generosaˮ. Ahora bien, con la nueva realidad de la pandemia, hice una pausa y pregunté si aún era relevante continuar con el mismo tema. ¿Y qué en cuanto a proporcionar educación en mayordomía? Las personas sufren, muchas mueren, algunas pierden sus empleos y las perspectivas generales para el futuro parecen sombrías. ¿No es insensible hablar sobre donaciones religiosas?
La mayor necesidad de las personas hoy en día es tener la plena seguridad de que Dios se preocupa y provee. Curiosamente, la mayordomía está en una buena posición para atender esta necesidad. ¿No es nuestra función principal ayudar a las personas a apreciar la bondad de Dios, incluso en medio de la adversidad? Cada vez que desafiamos a alguien a dar, sirve como un recordatorio tangible de que Dios es el Proveedor infalible.
Hoy, también hay una urgencia por la misión. Las señales de advertencia se muestran; la misión de Dios al planeta tierra está en su fase final. Tiene que avanzar más rápido. Elena G. de White habla sobre nuestros desafíos y obligaciones durante este tiempo: “Sé que los tiempos son difíciles, y que no hay mucho dinero; pero la verdad debe ser esparcida, y el dinero necesario para extenderla debe ser colocado en la tesorería” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p. 43). Los educadores de mayordomía son los más buscados.
Con una confianza renovada en la pertinencia de la mayordomía, compartimos esta revista con nuestros fieles lectores. Puede que no sea la temporada más fácil para ser un educador de mayordomía, pero busquemos orientación en estas palabras: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor, y no para los hombresˮ (Colosenses 3: 23).
Aniel Barbe
Editor